22 de mayo de 2014

Encuentro entre André Frère, Roger Guaus y Juan Valbuena


Foto: Mercedes Cosano












El miércoles 14 de mayo se inauguró Contact, Complot, Combat de Juan Valbuena y Roger Guaus. Como cada presentación del ciclo 1+1=12. Encuentros de Fotografía Contemporánea se acompañó de una charla entre los autores y un ponente del medio fotográfico francés, esta vez el editor André Frère.

Frère comenzó la charla hablando de la concepción y construcción de este proyecto fruto de una iniciativa de diálogo. La proposición presenta numerosas imágenes sobre cinco mesas - que el público puede mover y recolocar- y una propuesta más cerrada sobre el muro. Cada mesa encierra una temática y contiene los textos que se intercambiaron Valbuena y Guaus durante meses y dan forma al proyecto. Los trabajos de los dos autores están confrontados y algunas veces mezclados y al llegar al final te das cuenta, comentaba el editor, que “hay dos personalidades diferentes detrás de cada trabajo”. La muestra, muy pedagógica, permite hacer comprender al público general que la fotografía no es sólo imagen.

Valbuena y Guaus explicaron a continuación cómo había surgido el proyecto y cómo se había gestado ese intercambio de e-mails y fotografías durante meses. El punto de partida giró en torno al tema de la autorreferencialidad: cómo los fotógrafos se construyen ante el mundo, qué fotógrafos tienen de referencia, quiénes son y cómo se fotografían realmente… En este intercambio surgen cuestiones que les preocupan de la fotografía. Guaus expone su crítica - y también autocrítica-  sobre la falsa intimidad de la fotografía, una conducta que considera casi estrictamente estética. Lo llama pseudo-intimidad: “ficciones que creamos a partir de actos privados surgidos de una cierta espontaneidad”. Este tema coincide con la segunda mesa donde Valbuena expone un diario de viaje y Guaus expone su “Diari intím”, donde intenta romper la máscara de fotógrafo. La tercera mesa trata el tema de la fotografía en general y Guaus, en la correspondencia, aprovechó para cuestionar la tendencia del fotógrafo a mirar y criticar las actitudes de los otros.

Valbuena habló después de la cuarta mesa que corresponde al viaje, donde es posible la mezcla entre ambos fotógrafos, y se entiende bien el concepto de mesa de edición que se ha querido otorgar al dispositivo expositivo. Explicó que, a priori, el viaje es el motor de contacto con los otros, sin embargo su concepción es diferente para los dos autores ya que para Guaus no es imprescindible. Por otro lado, la quinta mesa manifiesta las diferentes maneras de trabajar de cada autor: Valbuena necesita planificar, poner un título y saber qué es lo que va a hacer. Guaus, en cambio, genera imágenes y después las organiza formando una narración.

Después de esta aproximación a la disposición de la exposición Frère comentó a Guaus que, aunque su trabajo difiere del de Valbuena, también tiene algo de documental. Guaus explicó que su intención no es documentar a los demás y que tiene muchas dudas sobre fotografiar a terceros aunque, viendo el trabajo “Salitre” de su compañero, reconoce que puede haber trabajos honestos y creíbles. En este sentido Valbuena explicó la dificultad de hacer fotografía en tercera persona y las dudas sobre cómo tratar al otro: “por eso a veces lo mejor es pasar la cámara a quien vas a fotografiar”. El trabajo “Salitre” está realizado así y lo que conforma es una múltiple narración.

En la segunda parte de la charla el público pudo intervenir y Carlos Spottorno rebatió la postura de Guaus explicando que “el fotógrafo sí tiene una legitimidad frente a las cosas ajenas porque ofrece un punto de vista que permite no caer en la atrofia intelectual”. Guaus por su parte explicó que no le gustan los fotógrafos que se creen sociólogos o antropólogos: “no sé si realmente están interesados en ese comportamiento”. Spottorno explicó que después de ver las tres piezas de “Diari intím” de Guaus – que contienen las cuentas bancarias del autor- comprende su posicionamiento. Valbuena explicó que cuando vio este diario, un trabajo que muestra lo que duele y de verdad cuesta enseñar, entendió por completo su postura.

La charla se cerró resaltando la labor de editores de los tres ponentes. Frère explicó que el oficio de editor es muy rico y extraordinario pero también peligroso. Repasó los puntos que se deben seguir desde este oficio: “primero hay que sumergirse en el trabajo del fotógrafo y hacer muchas contraposiciones, después entrar en el interior y ponerse al servicio del autor y finalmente pensar en la venta porque la difusión es una cuestión muy importante”.

Valbuena explicó que con su editorial Phree, con la que lleva dos años, elige pocas librerías para poder trabajar con ellas una a una. El fotógrafo considera que la mejor red de distribución es PayPal junto a un servicio de mensajería. Guaus - que considera que el mercado de los libros de fotografía no existe más allá de los propios fotógrafos- explicó que la editorial Ca l’Isidret que comparte con otros dos fotógrafos (Juan Diego Valera y Aleix Plademunt) es un instrumento de difusión del trabajo de los propios editores que les permite poder hacer nuevos trabajos.

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