10 de mayo de 2014

Encuentro entre Jean-Marc Lacabe, Fosi Vegue y Óscar Monzón

Foto: Mercedes Cosano.








El 24 de abril se presentó Porno Miseria, el cuarto proyecto del ciclo 1 + 1= 12.Encuentros de Fotografía Contemporánea en el Institut français de Madrid. La apertura se realizó con una charla entre los fotógrafos, Fosi Vegue y Óscar Monzón y el director de Le Château d'eau de Toulouse, Jean-Marc Lacabe.
Lacabe comenzó hablando del título de la exposición, Porno Miseria, que se refiere el nombre de un movimiento de cine colombiano de los años 70 que expresaba su rechazo a una serie de directores que se aprovechaban de la pobreza y la miseria humana en sus películas. 

Monzón y Vegue proponen eliminar la imagen y colocar en la pared textos de anuncios encontrados en Internet que ofrecen o solicitan intercambios sexuales a cambio de dinero u otros bienes donde se puede percibir una dramática llamada de ayuda o socorro.

Monzón explicó que era un tema que ambos autores habían abordado desde diferentes perspectivas. Los dos trabajan en diferentes proyectos sobre el límite de lo íntimo, el morbo y el voyeurismo. En su caso, se había dado cuenta de que “algo que, en teoría, se debe esconder en un supuesto mensaje erótico - como es una situación de miseria o pobreza - no sólo no se ocultaban si no que se mostraba como un elemento de morbo para el consumidor de pornografía”.
Vegue señaló que no querían trabajar como editores eligiendo las fotos que acompañan a estos anuncios y entendieron que utilizar sólo los textos era una postura más neutral. Las imágenes podían ser entendidas como una posición de juicio frente a esa realidad. A partir de la lectura de esas frases vas imaginando cómo son esas personas y generando una imagen de la situación social. Los fotógrafos consideran que estamos anestesiados a las imágenes por lo que el texto podría ser más chocante.

Monzón y Vegue explicaron que se consideran simples catalizadores de una realidad que está ahí, recolectores de algo que ocurre pero sin heroicidad. Monzón recordó que incluso eliminaron sus nombres del título de la exposición ya que no estaban seguros de considerarlo una propuesta artística.
En esta charla hubo una alta participación del público que contribuyó a mantener vivo el debate. Por ejemplo, el fotógrafo Antonio Tabernero retó a los autores a producir esas imágenes ya que consideraba que "no hacerlas era lo más sencillo y, precisamente como fotógrafos, debían generar esas fotografías". Gonzalo Romero defendió el proyecto argumentando que las imágenes existían en la mente del espectador evitando así lo obvio, escabroso y fácil y generando una distancia con respecto a la obra.

Asimismo, Tabernero explicó que este proyecto tenía sentido debido a que todos somos una especie de viciosos o miradores visuales. Al contrario, Monzón apuntó que, "en general, la gente no mira la realidad ya que somos más viciosos con la realidad virtual. Este proyecto en el que no hay nada que mirar te obliga a hacer el proceso contrario permitiendo el descanso visual y la reflexión".
El fotógrafo Daniel Mayrit señaló que, en su opinión, "estamos más expuestos al texto porque percibimos la contaminación de la imagen pero no la contaminación del texto ya que está demasiado interiorizada". Esta reflexión generó un debate en torno a la imagen y la palabra que se alargó hasta el final del encuentro y en el que participaron varias personas del público. Gonzalo Romero, por ejemplo, comentó lo desvalidos que estamos frente a la imagen y cómo nos engañan con ella. Asimismo, Olmo González explicó que la falta de tiempo que tenemos para reflexionar en la actualidad es la causa del aumento del uso de la imagen. Alejandro Marote, por otro lado, expuso su inclinación hacia un lenguaje visual más simbólico y reposado capaz de generar emociones, al igual que lo hace la poesía.

Lacabe concluyó el debate valorando este proyecto artístico como generador de interrogantes y lugar para la reflexión. Una propuesta abierta que busca deshacerse de la imagen predeterminada para cuestionar tanto la fotografía como el contexto social en el que vivimos actualmente.

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